Una existencia entre rejas para todo puertorriqueño

Un nuevo programa de la policía de Puerto Rico pretende que nuestros niños se acostumbren a una vida entre rejas, ya que según las estadísticas, es uno de los destinos más probables para cualquier puertorriqueño. Uno de los policías que se encontraba organizando la actividad titulada “Acostumbrando a nuestros niños a las rejas” que se celebró hoy en el Coliseo Roberto Clemente, señaló: “Es bueno que se vayan acostumbrando desde una temprana edad”. Según fuentes que quieren permanecer anónimas, este proceso de familiaridad con el frío de una existencia entre rejas comenzó hace unas tres décadas cuando se dejó que los criminales campearan por doquier obligando a todo hogar puertorriqueño a colocar rejas en las puertas, ventanas, marquesinas… Por lo tanto, ya nuestra isla ha tenido una generación criada entre las rejas de sus propios hogares. Sin embargo, la insatisfacción de nuestros presos ha demostrado que el programa debe mejorarse con la adición de otras iniciativas.

La nueva iniciativa, que comenzó hoy en la actividad de los Reyes Magos en el Coliseo Roberto Clemente, tiene como objetivo el encarcelamiento aleatorio de niños en lugares públicos. Así se pasa del entorno privado familiar al entorno público. Según un informe que conseguimos sobre el programa: “Así cuando los jóvenes sean condenados a prisión, no notarán la diferencia. Aparte de vivir entre rejas en su propio hogar, se requiere que todo niño sufra angustiosos encarcelamientos en lugares públicos. De esta manera, cuando finalmente entren en prisión lo harán como si tal cosa y se evitará la enorme serie de problemas que padecemos hoy en el sistema carcelario”.

Curiosamente, en el proyecto nacional existió una fase previa a la que nadie dio su debida importancia: el enrejado de todos los cementerios de la isla que carecían de muros. Ya no existe ningún muerto en PR, excepto los asesinados y abandonados en lugares desconocidos, que no descanse entre rejas o muros. (Es altamente irónico que sean los asesinados cuyos cuerpos no han sido recuperados los únicos puertorriqueños que han alcanzado una "libertad" sin rejas ni muros y más aún que sean los gatilleros astutos los verdaderos "libertadores" de nuestra sociedad).

Con esta fase de breves encarcelamientos en lugares públicos se conseguirá completar el ciclo de una existencia entre rejas: todo puertorriqueño comenzará su existencia entre rejas (la cuna), vivirá en un hogar arropado con rejas, durante su infancia y adolescencia sufrirá “enrejamientos” imprevistos en actividades públicas (como por ejemplo, la de los Reyes Magos), será tarde o temprano encarcelado en alguna prisión, y finalmente descansará en algún cementerio cuyo perímetro esté marcado por una reja o muro. Además, aquellos ciudadanos que tengan el privilegio de estudiar en alguno de los recintos de la UPR, también gozarán de la relajante presencia de las rejas.

Veamos algunas fotos de la nueva fase del programa: