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Oct 5, 2010

La mayor telaraña del mundo está en la UPR

Según publicó uno de los principales periódicos del país, “un grupo de científicos dirigidos por el profesor Ingi Agnarsson, catedrático auxiliar del Departamento de Biología del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, ha descubierto la telaraña más grande del mundo. La telaraña, que mide 25 metros de largo y casi 3 cuadrados, fue descubierta recientemente en el Parque Nacional de Madagascar…”.
A pesar de que una telaraña de 25 metros pudiera parecer al ojo inexperto algo prodigioso, nos causó risa que habiendo una telaraña de millas y millas en la UPR, el profesor Ingi Agnarsson se fuera tan lejos a buscar telarañas. La telaraña de la que hablamos arropa a los 11 recintos universitarios del sistema UPR desde hace decenios. Por sí sola, dicha telaraña se ha encargado de convertir una de las más prestigiosas universidades del mundo en la década de los 50 en un hazmerreír internacional. El artículo del periódico señala que las telarañas de la araña Corteza de Darwin  "combinan la fuerza con la elasticidad, por lo que, son capaces de absorber diez veces más de energía antes de romperse que el material con el que se fabrican los chalecos antibalas". De nuevo, la fuerza de estas telarañas no compara con la de la telaraña que atrapa a la UPR. A diferencia con aquélla, que debe ser reparada continuamente, la telaraña de la UPR se hace cada vez más fuerte con el paso de los años.
Después de análisis diversos, los biólogos contratados por El Coquí Cojo identificaron a la araña a cargo en estos momentos como un ejemplar de la subespecie Torrencis boricua de la especie Burocratia universitas puertorricensis. La araña líder se encarga de coordinar a otras once poderosas arañas ubicadas en los recintos correspondientes. Al parecer, de todas las subespecies de Burocratia, la Torrencis es la que puede alcanzar una mayor longevidad, lo que la hace sumamente peligrosa. A pesar que según los resultados de los experimentos se trata de una araña torpe y lenta, la araña utiliza sus obvias limitaciones para que la presa subestime su capacidad de destrucción. Según los análisis, la especie Burocratia universitas puertorricensis forma una sociedad jerarquizada que además practica el canibalismo como criterio de selección de los especímenes dominantes. El canibalismo responde a un instinto innato que junto a una necesidad compulsiva de control de los demás tiene como resultado la parálisis del hábitat entero, en este caso el ecosistema de la UPR. Todas estas características se suman de manera dantesca haciendo que el potencial destructivo sea inmenso. Otra arma a tener en cuenta es la producción de una baba capaz de paralizar el sistema nervioso del ecosistema, y quizá sea por eso que no dejan de mover sus mandíbulas. También se ha detectado la emisión de sonidos incoherentes a baja frecuencia formando algo así como un discurso repetitivo que podría tener el objetivo de aturdir a quien lo escuche.
La siguiente fase del proyecto de los biólogos de El Coquí Cojo será descubrir los detonantes capaces de causarle la muerte a esta especie, pero en estos momentos las expectativas son bajas ya que por alguna razón la estructura social de estas arañas ha perdurado durante muchas décadas y se teme que ni el calentamiento global pueda con ellas. Exhortamos a Ingi Agnarsson a que regrese urgentemente de Madagascar y nos ayude, que aquí, en el hábitat universitario, su trabajo hace mucha más falta.

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