Hacía mucho tiempo que no oíamos palabras tan sabias de un político puertorriqueño: “en Washington nadie va a levantar un dedo para resolver el problema colonial de Puerto Rico”, pronunciadas por el representante nuevo-progresista José Aponte. Después de tan sabias palabras, el susodicho lo dañó añadiendo “a menos que nosotros insistamos y exijamos al gobierno federal que descargue su deber”, lo que creemos es una simple hipótesis sin base alguna. La causa de sus palabras fue el fracaso del proyecto de status 2499.
Aprovechamos la oportunidad para enviar a un reportero a Washington. Detrás de una esquina pudo escuchar la siguiente conversación entre dos congresistas norteamericanos:
- Esta gente de Puerto Rico no deja de hablar del status. Es insoportable.
- Sí, llevan ya un siglo y pico con el tema y no se cansan. ¡Es increíble!
- Por lo menos es obvio que nunca se pondrán de acuerdo.
- Mientras sea así no tenemos que hacer nada, sólo pasar el mal rato cada vez que sus representantes se aparecen por aquí para hablar del asunto.
- Bueno, eso no lo podemos impedir, es como cuando mi madre me habla de lo mala que es mi esposa, que si no sabe cocinar, que si no cría bien a sus nietos y cosas así. No se puede evitar, sólo hay que resignarse.
- Bueno, no hay mal que por bien no venga. El dichoso tema nos sirve para poner al día nuestras habilidades de responder vaguedades, que sí estamos de acuerdo con la voluntad del pueblo puertorriqueño, que esperamos que sean parte de nuestra nación ya sea como están ahora o como ellos quieran, en fin, tonterías de esas, seguirles la cuerda y ya está.
- La verdad que si llegan a saberlo nuestros antepasados, les hubieran dado la independencia como a Cuba. Hasta soltamos Filipinas, imagínate.
- Y lo de Guam no es tan problemático ya que están tan lejos que ni sabemos si existen.
- Bueno, así es la vida, el problema es que en mi distrito hay muchos boricuas y tengo que tenerlo en cuenta. Siempre que paso por allí tengo que entrar a tomarme un café con leche en el colmado de Don Fello y hablar de mi apoyo a la isla. Son gajes del oficio.
- No sé cómo no se cansan los puertorriqueños de hablar de lo mismo. ¡Qué cabezotas que son!
El Coquí Cojo propone un nuevo día festivo: el día “Hoy no se habla del status”. A ver qué pasa. Si aprueban el Día del Buen Trato, por qué no el día “Hoy no se habla del status”. Creemos en El Coquí Cojo que nos haría abrir los ojos y darnos cuenta que no pasa nada si no hablamos del status, que seguiremos respirando y yendo al baño. Podría ser el 3 de noviembre, para aprovechar que el día anterior es el día de los muertos, únicos puertorriqueños que no pierden el tiempo hablando de tonterías. A lo mejor nos inspiramos de ellos.
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