La senadora Kimmey Raschke Martínez es la patrocinadora de dos proyectos de ley (1836 y 1837) que de ser aprobados, proporcionará la permanencia a los maestros y empleados de comedores escolares que se encuentran hoy bajo contratos transitorios. A primera vista, parecería que la senadora se preocupa por el bienestar laboral de los susodichos, y que persigue la justicia social y laboral de los supuestamente beneficiados. Pero hurgando un poco más, según uno de nuestros asesores, la permanencia es una hoja de dos filos, ya que para muchos representaría una cadena perpetua en un trabajo horrible y el abandono de cualquier opción mejor que hubieran intentado perseguir como consecuencia de su actual precariedad laboral.
No nos extrañe que la ley pase y que en unos años haya un numeroso grupo de maestros que para desahogarse de su permanencia cuelguen a todos los estudiantes que pasen por sus aulas y empleados de comedores que sueñen con envenenar al plantel entero. Y en el peor de los casos, ¡que Kimmey tenga que abandonar el país como ciudadana non grata! La gente es muy desagradecida, Kimmey. No te extrañe que en alguna elección futura, tus enemigos políticos te señalen como ¡la que tuvo la idea de darle permanencia a toda esta gente!
¡Mis intenciones eran buenas!
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