Narmito Ortiz, aspirante popular a la alcaldía de Guayama, acusó a la alcaldesa, Glorimari Jaime, de pintar de azul los edificios públicos ya que el azul es el color emblemático del partido de la alcaldesa.
Si el mayor problema de Guayama es que estén pintando los lugares públicos de azul, se podría concluir que Guayama es el pueblo más feliz del mundo. Y si no lo es, si tiene problemas de otra índole, como por ejemplo, robos, drogas, abuso de menores, prostitución y asesinatos, entonces es el pueblo con los políticos más irresponsables del mundo.
Veamos, señor Ortiz, ¿de dónde ha salido usted? ¿No puede encontrar otra forma de criticar a su contrincante? ¿Cree de verdad que alguien en Guayama podría pensar que es vital para el bienestar del pueblo de Guayama que se detenga cuanto antes que pinten de azul los edificios públicos? o usted ¿está buscando los votos de los fanáticos y locos? Cuando acusa a la alcaldesa de “usar su posición para adelantar la causa del PNP”, ¿nos está diciendo que si usted llega a ser alcalde no va a adelantar la causa popular? De ser así ¿para qué entonces el partido popular o los ciudadanos populares de Guayama deberían apoyarle? El Coquí Cojo no es partidista, pero si fuésemos populares le enviaríamos una carta al pueblo de Guayama diciéndole que no votara por usted, primero porque no va a hacer nada por el partido ya que según usted nunca lo haría de ser alcalde, y segundo, a saber las sandeces que diría como alcalde.
Como sean todos los candidatos a la alcaldía de Guayama como Narmito, vaticinamos que Glorimari Jaime llegará a ser la alcaldesa más longeva de las Américas.
Existe una teoría que explicaría lógicamente las sandeces de este hombre: quizá Narmito sea un penepé encubierto, su papel es eliminar a los otros aspirantes populares y asegurarse que Glorimari retenga el cargo. De ser así, nos quitamos el sombrero ante la brillantez del PNP.
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