Ana Guadalupe fue confirmada hoy como rectora de la UPR en Río Piedras. Con el nombramiento, la agenda de empequeñecimiento del sistema UPR continúa viento en popa a toda vela. La filosofía de una universidad pública más pequeña, fácil de manejar por el gobierno, con un ingreso más exclusivo de estudiantes que favorezca a los sectores conservadores de mayores recursos del país, sigue su curso.
La filosofía de una universidad abierta para todos pierde fuerza. La política de traspasar a las masas estudiantiles de bajos recursos a las instituciones privadas se fortalece al hacer que los gastos de la UPR se acerquen cada vez más a los de las universidades privadas, (la nueva cuota de $800 es una hábil medida para acercar a los estudios subgraduados a los costos privados; los estudios graduados ya están casi a la par).
Una menor UPR requerirá un menor número de profesores, empleados administrativos y empleados no docentes. Los profesores con plaza que se vayan retirando no serán remplazados. Los profesores con contratos de servicio de tiempo completo han sido ya prácticamente eliminados. Cada vez habrá más profesores con contratos de servicio a tiempo parcial (cada clase a unos $2,000 – $3,000 por semestre y sin seguro médico), creando una capa de profesores jóvenes con doctorados recientes en profesores de tercera clase. Eventualmente, los estudiantes graduados desplazarán a los profesores a tiempo parcial en las labores de enseñanza. Cada vez menos puertorriqueños que terminen su doctorado en EE.UU. podrán volver a la isla con una plaza y los que lo terminen en PR no tendrán más remedio que irse a EE.UU. en busca de plazas universitarias.
La política actual es reemplazar la enseñanza con la investigación. La UPR pasará de ser una universidad pública con centros de investigación a ser un centro de investigación con un papel secundario de enseñanza. De 68,000 estudiantes, la UPR pasará a tener la mitad de estudiantes en unos cinco años.
El gobierno opina que la investigación podrá promover ganancias que disminuyan o incluso eliminen la contribución gubernamental. El gobierno pasará leyes para permitir la explotación económica de los esfuerzos investigativos de la UPR. Los fondos disponibles para la enseñanza universitaria serán desviados para promover la investigación actual y crear nuevos centros investigativos. Toda fuente nueva de fondos económicos será dirigida a los esfuerzos investigativos. El número de investigadores extranjeros aumentará rápidamente. Y que conste, cuando decimos investigación, nos referimos a las ciencias. La investigación humanística no es rentable.
El nombramiento de Ana Guadalupe es una prueba incontestable de la indiferencia de la administración hacia la función pedagógica. Las preferencias de profesores y estudiantes no preocupan a la administración ya que son los dos sectores que están desmantelando. La UPR se ha convertido en un negocio para el gobierno, y no extrañe a nadie que pronto se aprueben leyes que coarten toda posibilidad de protesta pública de los estudiantes.
En una década, la UPR se habrá convertido en el CCIC, Centro Colonial de Investigación Científica.
1 comment:
El Coquí Cojo no se opone a que se fomente el sector investigativo ni a que se permita que se comercialice con las patentes, etc. Incluso lo apoyamos, pero lo que no queremos es que el precio para hacerlo sea cerrarle las puertas a miles de futuros estudiantes. Ya que muchos se tienen que ir a EE.UU. por falta de trabajo en PR, por lo menos que se vayan con un grado universitario que les permite acceder a buenos y dignos trabajos.
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