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El Coquí Cojo te da la bienvenida y espera que pases un rato agradable leyendo nuestras tonterías. Nuestro objetivo principal es el informarte, de una manera jocosa pero ilustrativa, de lo que sucede en nuestro querido terruño. No nos cabe duda alguna que nuestra islita es el epicentro de lo absurdo, y que superamos las más altas cotas del realismo mágico. Nuestros segmentos están basados en noticias reales que afligen a nuestra sociedad. Obviamente, para conseguir lo que consideramos jocoso, pondremos palabras ficticias a personajes reales, aunque en la mayoría de los casos no nos sorprendería en absoluto que las hubiesen dicho. El lector también podrá disfrutar de noticias totalmente falsas; la labor que tiene el lector es averiguar cúales son, tarea que a simple vista pareciera sencilla pero que a veces, debido a nuestra realidad surrealista, no lo será tanto.

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Oct 24, 2010

Un poco de humor negro

El disfraz que está causando sensación para Halloween este año es uno hecho con simples periódicos, con las páginas de delitos y crímenes que suceden a diario en nuestra islita. El disfraz ofrece muchas ventajas: es el más barato, se puede utilizar cualquiera de nuestros periódicos, y da lo mismo el día que se escoja. Además, los niños pueden colorear las fotografías de los asesinados y accidentes horrendos de tránsito como quieran para individualizar el disfraz. “Sinceramente, el modelo ofrece una gama infinita de posibilidades”, nos dijo una de las contentas mamás. “Se puede también complementar el disfraz con sombreros, collares de bolitas de papel de periódico, zapatos, de todo”, nos dijo otra. “Y al día siguiente de Halloween, sólo se tiene que tirar al zafacón”.
Un psicólogo infantil señaló que “así los niños se van acostumbrando a la realidad en la que viven y vivirán el resto de sus vidas, vidas que nadie puede decir cómo terminarán. El proceso de alejarse emocionalmente podría ser muy útil para ellos porque decirles que la policía va a arreglar nuestra trágica realidad sería mentirles descaradamente”.
Una maestra que ha puesto a todos sus estudiantes de seis años de edad a colorear las macabras escenas, nos confesó: “los niños son muy felices pintando de rojo las heridas, y poniendo cruces, cuchillos, pistolas, balas y cosas así por todos lados. Uno de mis estudiantes se ha pasado todo el día encajonando a los cadáveres en ataúdes de colores”.

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