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Oct 8, 2010

Los impuestos "voluntarios" de McClintock

El secretario del Departamento de Estado, Kenneth McClintock, en una entrevista con el diario español El País publicada hoy en su portal electrónico, explicó las razones que llevaron al gobierno a aprobar la Ley Especial de Emergencia y Estabilización Fiscal, conocida como la Ley 7. Explicó que la deuda de Puerto Rico era de un 45% del presupuesto anual (unos 10,000 millones de dólares) y que la Ley 7 fue necesaria para bajar la deuda a un 11%, valor actual.
Lo que nos hizo gracia en El Coquí Cojo fueron las siguientes palabras de McClintock en la entrevista: "Aumentamos los impuestos voluntarios sobre el tabaco y el alcohol -voluntarios porque quien no quiere pagarlos no tiene más que no consumir- y…”
En otras palabras, según nuestro secretario del Departamento de Estado, los impuestos que pagamos cuando compramos algo son “voluntarios” porque tenemos la opción de no comprar. El IVU es por tanto voluntario, ya que comprar es sólo un capricho de la gente. ¿Este hombre está de broma o qué? De la misma manera podríamos decir que los impuestos que nos impone Hacienda de Puerto Rico son “impuestos voluntarios” ya que podemos optar por no trabajar, irnos del país, o dejar de existir.
Las palabras de McClintock dejan entrever psicológicamente la difusa relación entre los conceptos de “impuestos” y “voluntariedad” que su mente ha incubado como tantos otros integrantes de la casta política y de la oligarquía del país. Estas relaciones difusas son típicas de los que creen que tienen derecho a no pagar impuestos, ya que lo consideran un ejercicio "voluntario" y que están por encima de los ciudadanos que los pagan. El Coquí Cojo exhorta a Hacienda de Puerto Rico a que revise las planillas de los últimos años de este señor. No nos sorprendería que “voluntariamente” no haya pagado lo que le corresponde.
A pesar de que es una vergüenza tener políticos así, con esas mentalidades estúpidas y tristes manipulaciones del idioma, el hecho que McClintock no tenga reservación alguna de decir tonterías al periódico de mayor tirada de España le deja claro al mundo por qué estamos como estamos en Puerto Rico, y cuál fue la clase de mentalidad que propuso y aprobó la Ley 7.

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