Una noticia que ha consternado a El Coquí Cojo ha sido el robo del bastón de don Ramón Emeterio Betances del Museo de las Américas. Como cualquier lector podría anticipar, el robo nos ha dolido muchísimo ya que Don Ramón Emeterio y El Coquí Cojo tienen algo en común: la cojera. Así que hablando de cojo a cojo, le enviamos un sincero saludo a Don Ramón Emeterio, que gracias a Dios ya no necesita el bastón.
Al ladrón le decimos que se acuerde que de la misma manera que el hábito no hace al monje, tampoco el bastón hace al hombre. Le solicitamos al ladrón que devuelva inmediatamente el bastón a menos de que sea cojo, tenga la misma altura que don Ramón Emeterio y que sus iniciales sean REB (aparecen en la empuñadura del bastón), ya que en dicho caso el bastón sí le podría ser de utilidad. En dicho caso, le solicitamos también que añada a su testamento que tras su muerte quede claro que el bastón debe regresar al Museo de las Américas.
Según el cuidador del cementerio, se han oído ruidos en la tumba de don Ramón Emeterio. Al parecer sabe del robo y tras el enfado no puede dejar de removerse en su tumba. Le pedimos a don Emeterio que no se levante ya que sin bastón lo pasaría muy mal.
Algunos lectores se preguntan por qué el Coquí Cojo utiliza muletas en lugar de un bastón, y la razón es muy sencilla: el Coquí es cojo de ambos pies, como el ilustre Hefesto.
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