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Dec 12, 2010

Ygrí Rivera: los profesores no tienen derecho a la huelga

En la mayoría de las universidades estadounidenses, los profesores están sindicalizados, lo que llamamos incorrectamente en PR como unionados (es curioso porque es un vocablo que nos viene de la influencia de la palabra inglesa por vía de los EEUU). Lamentablemente, no es el caso de la UPR. Esperamos que cuando el gobernador Fortuño menciona que nuestra universidad debe cambiar sus leyes para funcionar como las universidades americanas, esté incluyendo el derecho de los profesores a tener un sindicato (obviamente dudamos que nuestro gobernador, e Ygrí Rivera, muevan un dedo para que esto tenga lugar).
¡Qué diferentes serían las cosas si nuestros profesores estuviesen sindicalizados! ¿Qué pasaría? En primer lugar, la señora Rivera no podría decir que los profesores no tienen derecho a huelga, ni serían capaces de intimidarlos con sanciones si no van a clase. Expliquemos un poco los principios democráticos:
Un grupo de trabajadores tiene un sindicato para negociar con la patronal, esa es la jugada de formar un sindicato en primer lugar. Como parte de las negociaciones se dialoga entre las partes para llegar a un acuerdo. Un acuerdo es un trato que se establece entre las partes negociadoras. Obviamente un buen acuerdo es aquél que no satisface por completo a ninguna de las partes negociadoras. Debe ser un trato que más o menos esté en el medio de las posiciones negociadoras. El diálogo es parte integral y necesaria de toda negociación. Por medio del diálogo, las partes pueden encontrar soluciones que quizá no hayan sido pensadas a priori por ninguna de las partes, por lo que el diálogo, si es de buena fe, puede ser la clave del éxito en las negociaciones. Si las negociaciones no producen un acuerdo entre las partes, el sindicato o unión puede recurrir a su derecho democrático de irse a la huelga. Cuando la huelga se produce por la falta de diálogo, o de la falta de disposición negociadora de cualquiera de las partes, las consecuencias serán dañinas para ambas partes, nadie sale ganando. En otras palabras, la mala fe de no querer negociar se traduce en el perjuicio de todos.
Quizá la patronal considere tener a su lado la fuerza que le proporcione un gobierno o las fuerzas policiales. Una patronal carente de ideas y de flexibilidad, recurre a la fuerza para imponer su voluntad. Si lo hace, la empresa o institución que representa deja de ser democrática ya que sin la posibilidad de negociación, léase llegar a acuerdos entre las partes involucradas, se suprime uno de los pilares imperativos que la definen como democrática.
Los profesores tendrían el derecho de irse a la huelga como derecho inalienable en una verdadera democracia. Porque Ygrí diga que lo que ella propone no es una dictadura ya que está dispuesta a escuchar, no deja de ser una dictadura si lo único que está dispuesta a hacer con el diálogo es decidir por ella misma, o que la administración en este caso, tenga la última palabra. En un régimen democrático, las partes están obligadas a negociar, y el diálogo es parte de la negociación. En una democracia, la negociación es imperativa, y el diálogo es simplemente una parte de la misma. En el caso que nos concierne con respecto a la huelga, las posiciones podrían explicar las ventajas y desventajas, a corto, medio y largo plazo, de la cuota de $800 dólares. En unas negociaciones normales, el resultado sería un compromiso entre la eliminación de la cuota y los $800 dólares. La manera más fácil de llegar a esto sería traspasar el fondo especial que tanto menciona el gobierno al Banco de Fomento, y bajar la cuota de forma acorde, es decir, restar el fondo a los recaudos estimados que traerá la cuota, y calcular una nueva cifra de cuota. Si hubiese una negociación de buena fe, los estudiantes argumentarían que sería absurdo crear un proceso burocrático para repartir el dinero del fondo especial entre los estudiantes ya que 1.- añade más gastos innecesarios, 2.- impide pagar los intereses del préstamo al Banco de Fomento cuanto antes, lo que añade más costos, 3.- la idea de repartir los fondos dependiendo de las necesidades individuales de cada estudiante es absurda cuando la administración impuso en primer lugar la cuota sin consideraciones de necesidades individuales. Así de simple. Y nos evitamos la huelga. Además, los estudiantes argumentarían en la mesa de negociaciones que la imposición de la cuota causaría que miles de estudiantes dejaran de estudiar, y con ello de pagar matrícula, por lo que la UPR, como todo negocio que se queda sin un buen número de clientes, perdería esos ingresos, por lo que lo que recaude la cuota nunca satisfacería las expectativas de la administración. En otras palabras, la imposición de una cuota de $800 anuales ¡es CONTRAPRODUCENTE a las cuentas de la patronal por la pérdida de clientela que conlleva! Así que recalcular la cuota teniendo en cuenta los fondos especiales de una vez pagando con ellos parte de la deuda al Banco de Fomento es la solución MÁS rentable PARA TODOS. Ahora, si la patronal se opone a ello es simplemente porque hay otros intereses involucrados, como por ejemplo: 1.- la patronal quiere tener un número menor de clientes... por razones no económicas... quizá políticas..., 2.- la cuota nunca fue hecha para sanear las cuentas... sino para empequeñecer la empresa, en este caso la UPR... por razones políticas. Si la patronal no quiere discutir cómo los fondos especiales se deben repartir... es porque sabe que el fondo no tiene los dineros que se han dicho... o porque con el proceso burocrático de repartir los fondos lo que realmente se pretende es 1.- no darlo todo a los estudiantes, 2.- dárselo a los estudiantes que quieran por razones ocultas, 3.- crear un proceso burocrático que tenga el total control sobre los estudiantes como medida manipuladora de los mismos...
Según las ideas de Ygrí Rivera, la República Democrática Alemana era realmente una democracia, cosa que todos sabemos que no lo era. Porque algo lleve el nombre, no quiere decir que lo sea. Al paso que vamos, Ygrí impondrá su ley y cambiará el nombre de la universidad a UDPR: Universidad Democrática de Puerto Rico.
Señora Rivera, es increíble que usted haya sido jueza, la verdad. Sería interesante investigar cuánta gente inocente usted envió a la cárcel y cuánta culpable envió a la calle. El Coquí Cojo tiene la impresión que usted considera culpables a los estudiantes y profesores que no están de acuerdo con su definición de diálogo.  

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