Debido a las bajas temperaturas, miles de peces aparecieron flotando en el embalse de Toa Vaca. Según los expertos, la mortandad se debió a la falta de oxígeno en el agua causada por lo que se denomina “inversión de las capas de agua”. Las bajas temperaturas causaron un cambio en la densidad de la superficie, lo que a su vez causó una baja letal en el oxígeno de las capas inferiores, asfixiando a los peces.
A pesar de lo insólito del suceso, lo que verdaderamente sorprendió al reportero que enviamos a cubrir la noticia fue encontrarse en el lugar de los hechos a la rectora del recinto de Río Piedras de la UPR, doña Ana Guadalupe. Nuestro reportero esperó pacientemente que se marchara para preguntarle al experto de Recursos Naturales con quien la rectora había hablado por más de media hora, cuál era el interés de doña Ana: “Vino aquí porque quería saber si se podía reproducir el fenómeno de forma artificial en el recinto de Río Piedras y quitarle el oxígeno a los estudiantes. Me confesó que eso era precisamente lo que lleva intentando desde que fue nombrada rectora interina pero que todavía no había tenido éxito”.
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