El Coquí Cojo quiere felicitar a Miguel Díaz Román por su entrevista al cirujano cardiólogo Iván González Cancel por su estilo de escritura, por la selección de las preguntas, por su forma de retratar la esencia humana del entrevistado. La entrevista salió hoy en El Nuevo Día y exhortamos a que la lean. Por otro lado, creemos que las aspiraciones del doctor a la gobernación del país son dignas de alabanza ya que le damos el beneficio de la duda y queremos pensar que es un puertorriqueño genuinamente preocupado por la situación de Puerto Rico.
Sin embargo, hubo algo que nos llamó la atención en la entrevista. Justo antes de empezar las preguntas, el doctor recibió una llamada, al parecer del hospital si nos fijamos en el siguiente comentario del reportero:
“Tras la llamada, González Cancel advierte que un paciente lo espera en el quirófano, pero deja saber que por nada aplazará la entrevista”.
Y continuó la entrevista… Ese "por nada" nos heló el corazón. En fin, en ese momento no pudimos dejar de imaginarnos a alguien en el hospital, entre la vida y la muerte, mientras se hacía la entrevista. Seguimos leyendo la entrevista (ya que a nosotros nadie nos esperaba con el corazón a punto de parar) y nos fijamos de nuevo en un detalle inteligentemente observado por Díaz Román: en una mesa llena de libros, no había ninguno relacionado con la medicina. El doctor contesta a la observación: “Yo leo poco de medicina”. El reportero de El Nuevo Día insiste ante su sorpresa, a la cual el doctor añade: “Los cirujanos cardiovasculares somos animales en peligro de extinción”. Aquí volvimos a imaginarnos al corazón del paciente en lo que vulgarmente conocemos como “pistoneando” y pensamos que el que estaba en real peligro de extinción era el pobre enfermo. Luego en la entrevista, el doctor explica el porqué de su comentario, achacando a los avances de la medicina y la biología el que cada vez haga falta menos operaciones del corazón.
Obviamente, nosotros no somos expertos en cardiología, y no queremos poner en duda la decisión del doctor de no aplazar la entrevista, pero no pudimos evitar que nuestros corazones saltaran un par de latidos. Sospechamos que González Cancel está un poco cansado de su profesión, y que a los cincuenta años quiere hacer algo nuevo con su vida. Y como ha sido un hombre de éxito, ve la gobernación de su isla como un digno reemplazo profesional. Si es para bien, no tenemos ninguna reserva en El Coquí Cojo. Sin embargo, si lo consigue quisiéramos que después no dejara a 4 millones de boricuas esperando con los corazones a punto de apuntarse al desempleo.
1 comment:
A mi me llamó la atención que haya expresado que en Puerto Rico los gobernadores siempre han pertenecido a una casta, desde Muñoz Marín hasta Aníbal Acevedo Vilá. Pareciera que el hecho de que un gobernador haya cursado estudios en el Colegio Marista, Georgetown y University of Virginia Law School, y que haga alardes de sus antepasados catalanes, no son razones suficientes para pertenecer a una casta.
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